
Para ti, nuevo bachiller de B2A
Un texto ya famoso en la bibliografía matemática es Mathematician’s lament de Paul Lockhart publicado en 2009 por Bellevue Literary Press.
Es una reflexión muy personal que discurre sobre la frustración de un serio y comprometido profesor de matemáticas, conocedor de su área, las matemáticas, amante de la misma, cuidador espiritual de sus esencias, cuando observa que los métodos que debe aplicar en su profesión como docente son equívocos, insistentemente erróneos.
Sus páginas describen con desazón una realidad prevista por Cipolla, pero en versión matemática. Si sabes que algo no funciona, ¿por qué continuar tratando que lo haga? ¿de qué sirve el conocimiento si no lo utilizas adecuadamente?
Lockhart se refiere a lo abstruso de cuanto os contamos (a veces, sólo a veces) cuando damos clase de matemáticas y de cómo lo hacemos De la incongruencia de pretender que siglos de conocimiento se puedan condensar en una hora de clase ¿@#¡?.
Pero Lockhart no es del todo original: se parece, en moderno, a Poincaré, de nombre Henry. Una de esas personas grandes, muy grandes, aunque de pequeño tamaño, que no conoce el “gran público” de hoy, pero que a comienzos del siglo XX publicó una serie de tres libros sobre ¡¡matemáticas!!, y sobre la ciencia y sus métodos. Hasta aquí todo normal. Lo anormal es que el primer volumen fue best-seller, un éxito tal de ventas que llevó a la final redacción y publicación de los otros dos ejemplares. En uno de ellos Poincaré se refiere a la
existencia de problemas que sólo existen, que solo sirven para estar en un libro de texto de matemáticas de Bachillerato
H. Poincaré. La ciencia y la hipótesis
(pero en francés).
Ni Poincaré, ni Lockhart, ni nadie podía imaginar nunca mi lamento (pequeño) de hoy.

Dar clase a estudiantes tan entregados como vosotros, debiera haber sido como sentirse Georges-Louis Leclerc de Buffon (Buffon para todos, el de la aguja) cuando fue nombrado en 1739 Gardien des Jardins Royaux (después, tras la RF, Jardin des Plantes).
Buffon tenía el doloso trabajo de catalogar, diseñar, conservar, nutrir, mimar y hacer que se atendiera adecuadamente el jardín –botánicamente hablando- más importante de Francia.
Una vida dedicada -entre otros menesteres como determinar la edad de la Tierra- a recoger y coleccionar especies de todos los lugares del mundo, estudiarlas, catalogarlas, y hacerlas crecer para despertar sus flores por mayo.
Un trabajo el de Buffon, tan doloso como el mío: ir a daros clase diariamente y los fines de semana también. Porque eso es -no te ofendas- como nutrir a una planta, pero de ideas en lugar de sustancias, algo muy alejado hasta lo que sabemos, de las venerables especies vegetales.
Y he aquí mi lamento: haber tenido que disfrutar de vosotros, magníficos estudiantes en condiciones pedagógicas de semi presencialidad, no ya con mascarilla, sino desperdiciando tiempo, repitiendo, repitiendo, repitiendo por mor de la covid-19 en lugar de avanzar, avanzar , avanzar para aprender más y mejor, lo que siempre es posible.
Lamento las dificultades pasadas. Sólo vosotros y yo las conocemos. Me pesan las horas invertidas en organizar y no en enseñar. El tiempo no invertido en desvelaros más maravillas del cálculo. La falta de oportunidad para profundizar en algunos conceptos geométricos. Y se que vosotros también arrastráis un peso extra.
Lamento que hayamos tenido que aprender matemáticas con tantas dificultades añadidas a lo que ya de por sí es difícil, ¿o es que alguno de vosotros piensa todavía que la asignatura de matemáticas que os habéis comido es fácil?
Hemos ganado en silencio. Todos. Pero perdido un poquito en humanidad. Hemos vencido. Pero con un esfuerzo extraordinario. Sólo puedo imaginar un curso de cuatro horas semanales con vosotros…sin mascarillas…sin Ethernet, sin Teams. Eso lo he perdido.
Pero hemos ganado en otras cosas. Recordad que las dificultades pueden ser oportunidades. Y os puedo asegurar que habéis aprendido y madurado como nunca antes las generaciones de segundo de bachillerato habían hecho. El confinamiento del pasado curso determinó de forma injusta el acceso paritario a la educación. Este año escolar ha sido heredero de aquellas dificultades, y por tanto durísimo para muchos de vosotros. Una maratón intelectual y emocional con los pies descalzos y sin agua. No apta para todos los públicos. Por ello si has llegado hasta aquí es que has aprendido a organizarte, sacrificarte, esforzarte, desesperarte, disciplinarte, disculparte; a tele estudiar, a colaborar, a cooperar, a competir… esas cosas que no se reflejan en las notas, ¿o sí?
Cosas sin las cuales la homogeneidad de las calificaciones de tantos profesores diferentes, vuestros profesores, no puede ser explicada. No, no es azar. Y de eso ya sabes algo.
Solo espero que la EvAU no sea traicionera. Que no tenga problemas raros ni tramposos. Nada más. Estoy convencido que podréis defenderos con mucha dignidad intelectual en las pruebas de junio.
O eso, o me habéis engañado todo el curso, o habéis copiado en todos los exámenes, o…
No es fácil que os pillen en una trampa porque yo ya os la he puesto antes.
y acabo con un refrán:
Querido Sancho, a buen puerto nos llevan estas velas…
…camino de la ínsula de Barataria.
Aquí puedes descargarte una versión en español del texto de Lockhart.
Y aquí más sobre su texto.